Se estima que en los próximos 30 años la población mundial haya aumentado en 2000 millones de personas*. Es entonces que bajo la promesa de librar al mundo del hambre y la desnutrición surge la agricultura de transgénicos, pero ¿a que nos referimos cuando hablamos de alimentos transgénicos?

Se conocen como transgénicos a aquellos alimentos elaborados y/o procesados a partir de cultivos y/o microorganismos modificados genéticamente por técnicas de ingeniería genética. Es decir modificados para ser resistentes a plagas, pestes y herbicidas de amplio espectro. Siendo los dos cultivos mas utilizados el de soya resistente al Glifosato y el de maíz a insectos (barrenador europeo). Ambos son aptos para el consumo directo o se pueden encontrar procesados en sus diferentes derivados (harina, aceite, etc).

Desde 1996 aparecen en el extremo sur de América (Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y recientemente Bolivia) los llamados desiertos verdes, áreas íntegramente dedicadas a la producción de soya trans, denominadas asi por las altas dosis de pesticidas, herbicidas y agrotoxinas que se usan en la zona para prevenir malezas, plagas y pestes. El uso de dichas sustancias da como resultado un suelo esquilmado lo que significa un suelo bajo de nutrientes y muy difícil de reforestar; lo que obliga a la industria a ampliar los márgenes de las zonas de cultivo, poniendo en riesgo la amazonia, el chaco paraguayo y diferentes humedales. Con mas de 54 millones de hectáreas dedicas al cultivo de un solo producto, esto convierte a la región en el primer productor de soya transgénica del mundo.

Recientes investigaciones señalan que el cultivo de la soya transgénica es inferior en productividad a la soya tradicional, de igual forma tampoco existen estudios que comprueben mayor valor nutricional en la soya trans que en la convencional. Existe un gran debate de si son o no perjudiciales para la salud, se sabe que el impacto ambiental es bastante alto pues ha puesto en riesgo zonas de bosque nativo y su producción aumenta la emisión de gases de efecto invernadero.

La situación pone al descubierto la necesidad de mejores y más políticas agropecuarias en la región asi como también de consulta previa.